Antonia Urrejola

«Para desmantelar el estado policial, restaurar las libertades es el primer paso»

El informe «Concentración de poder y debilitamiento del estado de derecho en Nicaragua» elaborado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), determinó que la concentración de poder del gobierno nicaragüense, liderado por el régimen de Ortega -Murillo en los últimos 14 años, ha facilitado la imposición de un estado policial en Nicaragua, especialmente desde el inicio de la crisis sociopolítica en abril de 2018.

Para la comisionada Antonia Urrejola, presidenta de la CIDH y relatora para Nicaragua, la policía dice que el régimen de Ortega mantiene en el país se puede desmantelar, pero enfatizó que sería un proceso «largo», que «en primer lugar» requiere la realización de “elecciones justas y transparentes, con garantías de elecciones democráticas”.

En entrevista con el programa Esta Semana, transmitido este domingo a las 20:00 horas en las plataformas Confidencial Youtube y Facebook, la defensora de derechos humanos explicó que el estudio que publicaron el 28 de octubre incluye recomendaciones que, de implementarse, ayudarían a desmantelar el Estado policial impuesto por el régimen de Ortega Murillo.

Entre las ocho recomendaciones emitidas por la CIDH al Estado de Nicaragua, destaca el llamado al restablecimiento de la institucionalidad democrática, la plena vigencia del estado de derecho y las libertades fundamentales, incluida la libertad de expresión.

La Comisión Interamericana presentó un nuevo informe sobre la concentración de poder y el debilitamiento del estado de derecho en Nicaragua, que resulta en la cancelación del derecho político a elegir y ser elegido en las elecciones del 7 de noviembre. ¿Qué está proponiendo la Comisión a los cancilleres y Estados miembros de la OEA, que se reunirán en noviembre y seguramente deliberarán sobre la crisis en Nicaragua?

El informe hace dos recomendaciones muy concretas a los Estados miembros de la OEA y a la comunidad internacional: por un lado, que exijan al gobierno de Nicaragua la realización de elecciones libres, transparentes y justas, que forman parte de las propias recomendaciones del Gobierno de Nicaragua. comunidad internacional y, por otro lado, propone que exijan al Estado nicaragüense poner fin de inmediato a la represión y detenciones arbitrarias, así como a otras violaciones de derechos humanos que se están produciendo en el país, especialmente desde la grave crisis de derechos humanos. en 2018.

En marzo de 2019, durante el segundo diálogo nacional, el gobierno de Ortega incluso firmó un acuerdo con la Alianza Cívica, comprometiéndose a restaurar las libertades democráticas; sin embargo, no solo rompió este acuerdo, sino que también endureció el estado policial. ¿Cómo desmantelar un estado policial cuando el propio régimen se aferra a él y lo endurece?

Es un proceso muy largo, pero hay muchas acciones por tomar, especialmente en la situación nicaragüense. Lo primero es restaurar las libertades que ya no existían en Nicaragua desde hace algún tiempo; segundo, ¿cómo generar confianza en las instituciones? Bueno, hay que cambiar sustancialmente las instituciones y sus integrantes, se debe crear un nuevo Poder Judicial, se debe crear un nuevo Ministerio Público, se debe crear un cuerpo policial profesional, que no esté politizado y no responda al gobierno en el lugar, pero que es independiente y profesional. Abrir procesos de justicia y reparación y, sobre todo, sancionar a los responsables, porque mientras haya impunidad, sigue actuando un estado policial; crear una institución democrática, derogar las leyes que se aprobaron el año pasado. En general, todas las recomendaciones que hacemos en este informe tienden precisamente a desmantelar este estado policial, pero es un proceso largo que requiere sobre todo elecciones justas y transparentes, con garantías de elecciones democráticas.

¿Qué lecciones ha aprendido la Comisión de esta situación de derechos humanos en Nicaragua? ¿Hay algún avance en lo que propuso en sus recomendaciones o vamos hacia atrás?

No, creo que no hay progreso. Al contrario, creo que la concentración de poder que ya hemos visto en 2018 está consolidada. Se ha consolidado la falta de independencia de los distintos poderes estatales y se ha consolidado la debilidad institucional de las instituciones democráticas, propias del Estado de derecho. La impunidad estructural se ha consolidado y creo que no hay avances. Y, al igual que con las lecciones, la Comisión tiene lecciones en su propia forma de trabajar, en primer lugar. Ahora, concretamente, ¿qué lecciones? La importancia del pluralismo, no solo el pluralismo político, sino también el pluralismo social La importancia de una sociedad democrática, la importancia de la independencia del poder judicial, la importancia de los controles y contrapesos, pero también la importancia de los defensores de los derechos humanos, el papel que el legislativo Los poderes deben jugar en una democracia, son lecciones que ya sabemos, pero Nicaragua de alguna manera ha demostrado la importancia de los pesos y contrapesos, de la responsabilidad, del acceso a la información, especialmente con lo que vimos en la pandemia. Como lección, también debo enfatizar la importancia de las organizaciones de la sociedad civil y el periodismo independiente. La Comisión pudo realizar su trabajo sin poder visitar Nicaragua, y es gracias al trabajo constante de defensores y defensoras de derechos humanos y al periodismo independiente, que generó la información que nos permitió realizar este seguimiento.

Ahora es candidato a un nuevo mandato como comisionado de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. ¿Cuál es su principal propuesta si resulta elegido?

Lo primero es enfrentar los desafíos que nos ha dejado la pandemia en la región; Creo que ha sido brutal en términos de derechos humanos y no solo ha afectado a los grupos más vulnerables, sino que la pandemia también ha afectado los problemas de acceso a los derechos económicos y sociales estructurales. Creo que esto es fundamental y este es el principal desafío en el que debemos enfocarnos, para generar una mayor conciencia. Además, en los últimos meses, hemos visto la importancia de los controles y contrapesos en el estado de derecho para la garantía de los derechos humanos, y la importancia de la independencia judicial en diferentes países de la región, no solo en Nicaragua. Otro ámbito de trabajo que la Comisión necesita impulsar con más fuerza es la importancia de la independencia judicial en una democracia, para el ejercicio de los derechos humanos y para seguir trabajando. La región sigue enfrentando impunidad estructural, no solo Nicaragua, sino la región, y me parece que hay una línea de trabajo que debe continuar.

Cuando la Comisión llegó a Nicaragua en mayo de 2018, su principal tarea fue primero documentar la represión, conocer a las víctimas, y así fue como se elaboró ​​el primer informe con recomendaciones al Estado. ¿Cómo ve el futuro de Nicaragua? Hoy hay total impunidad. ¿Está esta demanda de verdad y justicia en la agenda del país, en la agenda de la OEA?

No lo veo en la agenda del país en términos de gobierno, estado. No es una agenda, es decir que denunciamos constantemente esta impunidad estructural, y señalé que me impresiona la rapidez con la que, por ejemplo, el Poder Judicial ha actuado en la detención de más de 35 opositores. Ha actuado de manera muy eficaz, y no ha actuado de ninguna manera en los casos de más de 328 muertes en relación con las protestas. Ahora, no puedo decir si está en la agenda de la OEA, pero está en la agenda de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y en mi propia agenda, como transportador de la memoria, la verdad y la justicia. Si soy reelegido seguiré trabajando en el tema de la impunidad estructural, como garantía de no repetición, y Nicaragua es un ejemplo muy importante. Además, es un tema que está en la agenda de las organizaciones de la sociedad civil. Me gustaría resaltar el trabajo que han realizado, especialmente en lo que respecta a un proceso de mediano y largo plazo, cuando la democracia regrese a Nicaragua, cuando haya un proceso de justicia transicional.

¿Hay alguna esperanza para estas demandas de justicia cuando no se han sentado las bases de la democracia?

Entiendo que a veces pierdes la esperanza, pero creo que siempre debes tenerla. A veces los procesos toman mucho tiempo, pero suceden, por eso es importante no solo no perder la esperanza, sino seguir trabajando con la perspectiva de que la justicia llegue en algún momento. De ahí la importancia de los testimonios, la documentación y seguir trabajando.

Este artículo fue publicado originalmente en español en Confidencial y traducido por nuestro equipo.

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