Pedro de Alvarado en el Bicentenario – Prensa Libre
Sobre el conquistador de Guatemala, Enrique del Cid Fernández escribió el libro titulado Del retrato de Don Pedro de Alvarado Contreras, Editorial Universitaria de la Universidad de San Carlos de Guatemala, 1960, 215 págs. Contiene 43 grabados que reproducen pinturas y dibujos en blanco y negro.
Se realiza un recorrido por el contenido del libro, indicando el número de página entre paréntesis.
El grabado No. 1 reproduce en blanco y negro el retrato de Alvarado, pintado por el maestro Juan José Rosales en 1802, y que se conserva en la alcaldía de la capital en 1960, según el libro. Fue removido de este lugar desde 1815 hasta 1817 (34).
En los 260 años transcurridos desde el fatal accidente de Alvarado en México, el autor dice que no se ha podido establecer con certeza la existencia de una de sus comprobadas pinturas que reproducen los rasgos, el rostro y el continente. (17)
El autor indica lo siguiente: Don Juan Miguel Ramón Antonio Rubio y Gemmir, capitán retirado de los Dragones de Nueva Guatemala, canciller del reino, alcalde ordinario de primer voto y tesorero de las rentas de la santa catedral, al buscar un retrato que desde un principio era «original», y que se ha perdido entre otras antigüedades … (19-20).
Respecto a la primera copia del retrato, el autor dice: Libre de sus medios económicos y ansioso por perpetuar la efigie del Adelantado, D. Juan Miguel decidió ofrecer al Ayuntamiento, previa aceptación, una copia del retrato suyo a su debido tiempo. tiempo descubierto y hecho a su tamaño natural. Es entonces el encargado de elegir al pintor que se hará cargo de la copia … Sin embargo, hay uno que se dedica exclusivamente a la difícil ejecución de este tipo de cuadros, porque tiene una particular facilidad en las actitudes y movimientos, y se expresa con acierto. los movimientos internos. Fue el reconocido maestro Juan José Rosales, fundador de una escuela y maestro de muchos discípulos. (2,3)
Rosales pintó retratos de monarcas. Del rey Carlos IV, el destinado al castillo de Omoa (año 1790), y otro a la Sociedad Económica y Amigos del País (año 1797), actualmente en la Academia de Geografía e Historia de Guatemala. También del propio Carlos IV dos retratos de cuerpo entero para el Ayuntamiento de Guatemala (año 1789), cuyo paradero se desconoce. Y el de Fernando VII (año 1808).
Dice el autor: Cuando se terminó el retrato en 1802, D. Juan Miguel lo hizo trasladar cuidadosamente a su domicilio particular … y entregó un obsequio especial a un distinguido grupo de sus amigos para que pudieran contemplar el magnífico trabajo realizado por el hábil pincel del Maestro Rosales, y es uno de estos amigos (Don José Ignacio Palomo y Manrique) quien escribe la leyenda que aparece en la columna que vemos junto al Sr. Pedro… (24-26)
La pintura fue entregada al Ayuntamiento. Sin embargo, el 15 de septiembre de 1821, un pueblo antihispánico desbordado golpeó el suelo con la estatua ecuestre del rey Carlos III que se encontraba en la Plaza Mayor; Entró en el Cabildo y la pintura del Adelantado no se libró de dañarse, como dice el historiador José Joaquín Pardo, porque representaba a España (38). Un empleado de José María Palomo y Montúfar, administrador del municipio, siguió la ruta del retrato por las calles que sufrieron los daños ocasionados y salvó el retrato. (53-58)
El retrato original, agrego, está pintado en cuatro colores, es una obra maestra.