El mayor desastre lo provoca la ignorancia - Prensa Libre

La discusión salarial debe evolucionar – Prensa Libre

Vivimos tiempos difíciles y productivos, la competencia empresarial y laboral está sujeta a múltiples factores, algunos de larga data, pero otros están a años luz de aquellas condiciones básicas bajo las cuales se han desarrollado ciertas condiciones legales en la década de 1950. Globalización, La tecnología y la diversificación de mercados, muchas veces para nichos muy específicos, aportan nuevos elementos a la discusión del salario mínimo que se desarrolla año tras año en países como Guatemala, donde existen ciertos criterios, referencias y mentalidades que influyen e incluso deciden sobre las realidades actuales pero con criterio. oscurecido por dogmas pero también por intereses obtusos.

La Comisión Nacional de Salarios es el organismo oficial responsable de arbitrar la discusión de los emolumentos mínimos para el trabajo en la ciudad y el campo, una división que no necesariamente se aplica a la diversidad de profesiones existentes. Cabe mencionar que el Decreto 1441, de 1961, actualizó y reformó determinadas disposiciones contenidas en el Código del Trabajo original, de 1947. Es que 1961 | el año en que Guatemala ratificó la Convención sobre el Establecimiento de Métodos para Fijar Salarios Mínimos, celebrada en Ginebra en 1928, que requería que los Estados establecieran y mantuvieran métodos de programación de escalas salariales.

Si bien se sostiene el postulado de que todos merecen una remuneración justa y equitativa por el trabajo que genera riqueza, hay que reconocer que hay un gran número de trabajadores a los que no les aplica tal beneficio, porque trabajan en la informalidad. O simplemente trabajan como artesanos, empresarios o profesiones liberales.

En todo caso, la discusión anual sobre el salario mínimo tiende a oscilar entre el sector empresarial organizado y las demandas de los dirigentes sindicales, que no necesariamente representan a la mayoría de los trabajadores. Los sindicalistas exigen un incremento cada año, basado sobre todo en el control del costo de vida, como establece el Código de Trabajo de 60 años. En varias ocasiones se ha mencionado la posibilidad de introducir ganancias de productividad, para no incrementar repentinamente los ingresos y por ende el costo laboral de las empresas.

Cuando algunos gobiernos han decidido aumentar el salario mínimo por decreto, no le están haciendo ningún favor a nadie, por muy popular que sea esa acción. En realidad, obligan a la reducción de puestos de trabajo o amenazan la supervivencia de las empresas, en particular las medianas y pequeñas que, además, deben afrontar crisis como la pandemia, variables en la demanda de productos o la competitividad. pagar. normas. El cierre en nombre de ideologías obsoletas ha impedido el establecimiento de modalidades como el salario a tiempo parcial o los diferenciados por región.

La actual discusión sobre el salario mínimo está en pausa y a mediados de octubre se presentarán las propuestas de empresas y sindicatos, que muy probablemente estarán muy alejadas entre sí. Este ha sido el caso durante las últimas décadas y el círculo vicioso persiste. Es hora de emprender una reforma responsable, moderna y, sobre todo, integral, de reconocer el verdadero valor del talento humano y el aporte innovador, que a su vez permite mejores horarios o nuevas oportunidades para muchos guatemaltecos que hoy ni siquiera tienen un trabajo formal o salario mínimo.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *