Acostumbrarse a perder | Fútbol | Deportar

El Madrid no tiene muelle. Es una ilusión de lo que has estado haciendo en determinadas partes, incluida una gran parte de los tiempos establecidos. Su arrebato puntual es sólo una aportación retrospectiva al espectáculo deportivo, para que los mayores sientan la sensación que también nosotros podemos generar. De modo que podemos pensar que hay competencia. Pero si un hombre se siente bien, puede verlo fácilmente: en realidad, nunca caerá cuando haya ganado. ¿Cuándo se perdieron las finales de Champions? Tres de 17, et fueron casi todas en blanco y negro. Esto es lo anterior, hace 43 años que el Real Madrid no pierde una final.

El Domingo es uno de esos partidos que tiene el mismo resultado y todo está pensado para contribuir al espectáculo. No te preocupes por qué sensación te interesa mínimamente en los tres puntos. Es curioso, porque estamos en Madrid del partido de ida con el City y que el Bernabéu pelea contra el Barça con sus viejas leyendas en el centro del campo, y parecían de equipos distintos. Pero es la misma. En Madrid, el Domingo se entrena por parejas con el resultado. Y ahora voy a hacerlo. O quisieron que ganara, que más darán ya a ces alturas. El caso, como siempre, es que todavía podemos estar en el restaurante.

La sensación de decadencia en el otro lugar, en el cambio, es total. Han camezado las reyertas en el vestuario. Gündogan, que vio el partido del domingo en el Bernabéu también para tirarle las orejas a los compañeros, salió por segunda vez esta vez al aire de los trapos sucios. La impresión de esto es que no tienes nada que decir sobre el hecho de que el oporto te armará con tu cuchillo: lo hizo como él cuando vio cómo hacía las salchichas. Incluido el técnico que lo dijo todo, perdió los nervios y se volvió hacia la famosa casa de Diderot (el día que se dirigió al salón del campamento para proclamar que se trataba de una «convergencia» creando un nuevo lenguaje) hoy no sabremos si caminará hasta el final del período. Sólo un aviso de lo que hiciste, ahora no lo has dicho claramente.

El empresario cree que todo es injusto, menos el de dentro. Lo metieron en los despachos, es decir un grupo de amigos y algunos intermediarios, autores intelectuales de los últimos y dañinos ficheros (Vitor Roque estuvo bueno, pero jugó 276 minutos y costó un total de 60 millones). La filosofía deportiva de los últimos presidentes podría resumirse en un simple André Cury (agente de Roque) y más. Y las inexplicables acciones de Negreira, por supuesto, fueron perpetradas por todas las directivas y tienen un efecto adverso en los arbitrajes de este año que parecen evidentes.

Y ahí es donde encontramos la genómica y el ADN, cuya doble hélice se ha detenido definitivamente en el club este año. El Barça de Xavi, en sus mejores tiempos, estuvo más cerca de los equipos de Luis Aragonés que de Cruyff. Pero no hay nada como «Ganar, ganar y volver a ganar» que establece la definición del fútbol como alguna vez afirmó el técnico de Hortaleza. El Barça con lo creado, el que precedió al técnico de Cruyff, no es mucho más grande que ahora. Y nosotros también lo pasamos bien. Quizás toque conformarse, disfrutar yendo al campo, armar un equipo joven y con talento de futbolistas que comparten la cara por el club y no entre ellos. Empezando por los despachos, claro. Quizás hbría ya quizás habría ya qui aceptar la realidad. Por eso los acompañaré a perder.

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